Rito: Torreta

joantorreta

De izq. a der.: Joan, Fatso, Rata de Cloaca, Mimosín, la Nina, Ratolí, Diplo, Niggy, Payés, Osito Turkish, Nuki y Babar.

Edificar. Ahora montas un chalecito adosado, luego unas viviendas sociales. Más tarde allanas el terreno donde antes había zarzamoras, lo entulles con cemento y plantas una central hidroeléctrica. Te vienes arriba, de eso no hay duda. Repasas una muralla, apilas los ladrillos con manos pakistaníes y te sale la mismísima torreta Burj Khalifa de Dubái. Desde el avión de Varanasi a Nueva Delhi ves monstruosas fábricas de ladrillo como ópalos. Por lo menos cincuenta. Respiras ladrillo. Y cada fábrica tiene una torreta grotesca, con humo grotesco y también indiferencia grotesca.

Vuelves a casa. Te acercas a la ciudad de la infancia y vas señalándole a tu hijito algunas cosas: aquí había un almendro, aquí solía sentarme con mi primera novia, todo esto era campo, todo aquello era tierra. Edifican en tercera persona. Recalifican terreno. Antes no y ahora sí. Traen materiales rápidos de montar, carcasas plásticas que parecen animales mitológicos. Hasta el océano lo colonizan. ¿Cómo te contaré que en pleno 2018 se pusieron de acuerdo para edificar torretas sobre el mar? ¿Cómo te contaré que el mar de Canarias se iba a llenar de pasta negra? ¿De chapapote vertiginoso? ¿De Marruecos sacándose el miembro y miccionando en la frontera de sus aguas territoriales? ¿De unas plataformas que son torretas cancerígenas y portadoras de especies invasoras? A mí me están robando el mar de la infancia y a ti te están robando el mar del futuro.

Me quedo con tus torretas y tu equipo de mantenimiento. Me quedo con tu clan edificador de peluches multicolores. Me quedo con nuestro cemento pulido y nuestras paredes de colores escatológicos. Me quedo como un enano. Salgo al balcón de la torreta y te saludo. No me ves, pero aquí estoy, en el noveno piso. Te saludo con la mano. «Hola, Joan». Y tú puede que mires a cámara o que no mires a cámara. No sé si me oyes. Pero aquí estoy: en el año 2018 imagino que las únicas torretas que se plantan son las tuyas.